La única desproporción en el costo de una impresión es cuando tu documento incluye alguna imagen escaneada. Aunque en pantalla en ocasiones no se aprecie, la imagen tiene "ruido" o pixeles en las áreas aparentemente blancas. Es ahí cuando la impresora analiza la imagen que ves, más los pixeles que casi no se ven y calcula todo el escaneado como una sola área de tinta.
Para solucionar esta situación aumenta el contraste de la imagen, con lo cual las áreas negras se harán más negras y las grises que apenas se ven se desvanecerán por completo. Cuando tu imagen quede lista calcula de nuevo el precio de tu impresión y verás cómo ha disminuido considerablemente.